La hermana Rita María Jarauta, de nacionalidad española, tuvo la inspiración que cristalizó en el diseño de la bandera. Al contemplarla, nos revela el espíritu mariano que debe iluminar el caminar de la Institución. A todos nos cobija este pabellón azul y rosa:
Azul: por la advocación mariana que no sólo nos guía sino que nos protege.
Rosa: porque es la juventud, una juventud radiante de alegría, de mística agustiniana y de libertad en el amor.